El día de la madre son todos los días y la noche de la madre son todas las noches. Como todos los días y noches son las noches y días de cualquier cosa. Aun así, en el consumo del regalo porque hoy toca tenemos jornadas para todo y el domingo pasado celebramos el día de la madre.
Y, eso, vivan las madres, por que:
Qué bueno llegar a tu casa a las 6 de la mañana, después del
turno de noche, y que tu madre tenga el desayuno calentito en la mesa. Qué bueno
parir un hijo y no tener que llevarlo a la guardería con 4 meses porque la abuela está ahí al pie del cañón. Qué bueno que sean las 7 de la tarde y tu madre
con el carro de la compra se acerque al super a las urgencias de última hora mientras tú vas
a hacer un poco de deporte para eliminar tensión. Qué bueno, tantos buenos... ... ...
Hay algo más importante que una madre entregada: Rotundamente
No.
Hemos puesto ejemplos de abuelas que
ejercen de madres. Y qué bueno que sea tu mamá la que te despierta, te abraza,
te acoge, te prepara el desayuno y te lleva al cole, y después te recoge, te
vuelve a abrazar, te prepara la comida, come contigo y te dice que te laves los dientes una y otra vez porque una madre que no es pesada no es madre, y se
acurruca contigo la siesta mientras te lee un cuento. Qué bueno, lo bueno por naturaleza.
…quitaría de la faz de las plazas los monumentos a muchos
generales de algo deleznable, o presidentes o presidentas de no sé qué historias para el bien de la necedad, y en su lugar pondría
monumentos llenos de ternura y entrega con nombres grandes: Carmen, Mercedes, Pilar, Aurora, Elena. Esas
mujeres que nunca tuvieron nómina, aun mereciéndola como la primera dama de algo, pero tuvieron lo más sublime que puede tener
una mujer, firmeza en sus convicciones, y eligieron criar a sus hijos con la
cabeza bien alta y con las piernas bien firmes en la otra madre, la Tierra.
…a ver si espabilamos y le damos el valor real a las cosas
importantes de una vez y nos dejamos de tanta estupidez.