Terriña que me vio nacer
acariciándote mis pies van.
Mis manos te repasan suaves
al caminar ligera y tierna.
Alcanzando la cima de algún puerto
dejo ir los ojos hasta los meandros de tu risa
y allí se funde mi mirada en la magia de tus aguas.
Bajando hacia los valles penetra tu frondosidad
en mis sentidos, humedece mi piel
alborota mi cabello y me lleva al éxtasis emotivo
en plena comunión contigo. Con él.
Una en ti, en él, siento tanta paz
que a penas hay lugar en mi alma
para acogerla. Un olor húmedo le trae
junto a mí. Le miro resbaladiza, inmensa, como si estuviera ahí,
a mi izquierda, y le sonrío deshaciéndome en su no presencia.
_Entonces, dejándome caer lenta en tu verdor, siento casi la gloria
que anhelo_.
Camino y en el camino voy sintiendo como las piernas
se re afirman en ti. Los pies se prolongan hacia
las raíces de lo principal: Tú conmigo y él.
Tu:
aire,
tierra,
fuego,
agua.
Quién precisa más?
Yo preciso más. Le necesito a él conmigo.
Él es:
el aire vivificante, estimulante
la tierra sustento
el fuego que estremece y aviva
el agua sanadora.
Él es: el amor que todo lo vence en mí.
*****
notas:
terriña: pequeña tierra
los meandros de tu risa: distintas formas de los ríos que parecen sonreír
notas:
terriña: pequeña tierra
los meandros de tu risa: distintas formas de los ríos que parecen sonreír
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