La otra tarde me decía una alumna que está preocupada por su futuro
laboral dado que no habla bien el inglés. Le contesté, en tono de
ánimo, que en mi caso presumo de no saber hablarlo, aunque reconozco que
es un sentimiento contradictorio porque en realidad me gustaría, y he
intentado varias veces aprenderlo o al menos entenderlo y así
comprender las canciones que compone mi hijo mayor, sin ir más lejos. Más
bien me contento con haber viajado por distintas partes del mundo con el
español, incluso por zonas de habla inglesa.
Esta alumna habla
gallego, catalán, castellano, y balbucea euskera, debido a que
prepara oposiciones desde hace años y mientras intenta aprobarlas ha
trabajado en distintas comunidades.
Por qué tenemos la mala costumbre de
despreciar lo nuestro?¿
Es cierto que es bueno que haya un idioma universal, aunque
ya hay uno, mucho más grande que el inglés. Creo que es hora de
que empiecen a cambiar las cosas y valoremos el gallego, el
euskera, el catalán, el castellano y el español, _los diferencio
porque no es lo mismo el español de Santiago de Compostela que el castellano de Valladolid o el
español de Santiago de Chile, por ejemplo_.
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